Se resume el verano entre
tu pelo.
Al
lado del jazmín
mis dedos te cabalgan
y se hacen dueños de tu
nuca.
Adormeces el mar,
el pinar se deja las
miradas hacia dentro
y te acerco el
Mediterráneo al mojarte con mis labios.
Tantas islas en tu espalda
esperando ser un muelle de
abandono.
El deshacer de las cuentas
me lleva a perder su
número.
Zarpa mi lengua buscando
oscuridad
en la tierra de acogida.
Erige puertos nuevos,
recrea la luz entre los
pliegues perfectos de tu piel,
mientras tú enumeras para
mí solo, uno a uno,
todos los posibles gemidos
de la noche.
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