Bosón de Higss
En el dilema, dios, esa fuente de crédito eterno,
se hizo pequeño, muy pequeño…y divagó.
La arena es el tiempo,
un grano tras otro se disfraza de silencio,
la eternidad disuelta en pequeñas metáforas,
una huella creciendo en el abismo de la soledad.
La sierpe deja a su paso interrogantes,
sólo los ojos azules de un nómada
sabe interpretar los enigmas.
Un desierto rojo recoge los frutos de mi paso.
Sé que todo se puede recoger en el puño de un niño.
Busco un relámpago asesino, la voz que emana una pregunta
y me deja tendido en el borde de todas las incertidumbres.
Tal vez el agua, la lluvia,
el llanto inmenso de una lágrima,
un río sin descanso, el mar océano,
la ola que una vez me perdonó la vida…
Después quedó un eco, un escalofrío,
el almizcle de su paso en mi boca y en mi piel…
La eternidad es ligera cuando la muerte la interroga.
La noche se desnuda en los brazos del universo.
Veo los astros y sé que detrás de la luz
se quedó una gran tristeza.
En el dilema, dios, esa fuente de crédito eterno,
se hizo pequeño, muy pequeño…y divagó.
La arena es el tiempo,
un grano tras otro se disfraza de silencio,
la eternidad disuelta en pequeñas metáforas,
una huella creciendo en el abismo de la soledad.
La sierpe deja a su paso interrogantes,
sólo los ojos azules de un nómada
sabe interpretar los enigmas.
Un desierto rojo recoge los frutos de mi paso.
Sé que todo se puede recoger en el puño de un niño.
Busco un relámpago asesino, la voz que emana una pregunta
y me deja tendido en el borde de todas las incertidumbres.
Tal vez el agua, la lluvia,
el llanto inmenso de una lágrima,
un río sin descanso, el mar océano,
la ola que una vez me perdonó la vida…
Después quedó un eco, un escalofrío,
el almizcle de su paso en mi boca y en mi piel…
La eternidad es ligera cuando la muerte la interroga.
La noche se desnuda en los brazos del universo.
Veo los astros y sé que detrás de la luz
se quedó una gran tristeza.
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