Mejor así, gimiendo mi nombre,
deshaciéndote lentamente
como si fueras azúcar
en mis labios.
Mi boca hambrienta,
mi lengua delatora…
así, ebrios del momento,
ciegos el uno por el otro,
cuando nuestros cuerpos
solo atienden a la llamada de la carne
y se hunden,
nos hundimos entre las sábanas
humedecidas por la lumbre,
y nos volvemos lluvia,
agua de tormenta,
incuestionable melodía
ante el fragor incansable de la noche.
1 comentario:
Mira que te pones melomanopornosensual.
Abrazos, maño.
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