No he podido pronunciar tu nombre.
Erigidas bajo el cielo iluminado de la ciudad
las calles mojadas cabían todas en mi habitación,
tan cerca de mí que se han hecho dueñas
de mis sábanas y el ansia.
Un camino de pies desnudos sobre la tarima del pasillo,
como un eco, me traían una voz que me buscaba,
la certeza de un cuerpo rellenando los resquicios del mío,
ciertas llagas que apenas recuerdo que existen
salvo cuando las tocan,
pero aunque no lo creas,
no he podido pronunciar tu nombre.
1 comentario:
la noche pide silencio,
pide el hallazgo y el encuentro...
besos Fernando
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