Que nada tenga el valor de lo perdido
en esos viernes noche de bocatas
y de horas que robábamos al sueño…
Es cierto que todo era demasiando obvio,
incluso cuando devorabas los sándwiches vegetales
con afán de sucumbir como nosotros...
Era verte comer de pie y contonearte
mientras Police y su Roxanne
cabalgaban al borde de las birras y los porros,
y tú, embutida en aquellos Levis negros,
ajustados a tu cuerpo,
con la piel de melocotón que daba gusto rozar
dejando la mano cerca de tus muslos,
siempre me daba ese poco de ternura,
ese poco de lascivia,
que no me abandonaba
el resto de la noche
aun cuando me besabas y me decías
tantas veces desnudándote en mi cama:
esta será la última noche que me acuesto contigo…
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