Nada tiene mi cuerpo de cobarde,
quizás esa sensación que deja el viento
cuando te recorre violento y frío.
No urge el debito: la cuenta está echada.
He recorrido en la noche los cajeros automáticos
para poder pagarte todavía hasta el amanecer.
quizás esa sensación que deja el viento
cuando te recorre violento y frío.
No urge el debito: la cuenta está echada.
He recorrido en la noche los cajeros automáticos
para poder pagarte todavía hasta el amanecer.
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