En esta hora templada por la tarde cruza un pájaro.
El cielo, como un desvanecido abrazo azul,
es la fuente de claridad que ilumina el aire.
Por el horizonte se pierde alguna nube
mientras desde la sombra surge el hálito,
la urdimbre que germina como un escalofrío,
que sopla y que irá creciendo,
tan lento e inexorable como yo siento
irme despacio a este tiempo de silencio.
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