Del nuevo poemario de Ángel Guinda "Caja de lava" de la editorial Olifante que se presenta el día 1 de marzo en la Sala de Música del Palacio de Sastago de Zaragoza a las 19h. Estarán presentando el libro los poetas Jesús Jiménez y Dolan Mor y leerán poemas Geraldine Hill y María José Moreno.
TAL VEZ VOSOTROS SABÉIS
No sé, escucho himnos dentro de las lágrimas.
Tuve una casa con ventanas en el techo:
veía tiburones, cordilleras, trenes volar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé bien qué es la paz:
llegué tarde a la guerra.
La tempestad está tras la montaña,
sobrellevo el estruendo de su luz.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Tiemblan mis pies
cuando retumba el eco del silencio,
no sé si las palabras tienen sangre.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé por qué se tambalea el vértigo
cuando miro las cúpulas,
pero noto en mi pecho borboteos de petróleo.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Mi país es un rompecabezas,
al más mínimo golpe se desvertebrará:
ya no tendré país.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Desde el avión veía sobre el mar
manadas de elefantes petrificados,
dromedarios tendidos, sombras de cocodrilos:
me dijeron que eran islas griegas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Huyo, siempre huyo: acaso tras las puertas
que arrancan sus bisagras, sus cerrajas
y, a lomos de las llamas, corren irrefrenables
para aclamar a los ladridos del mar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
La poesía debe ser extrema,
estampido de mundos, abrazo de la pólvora,
escardar las tinieblas con antorchas,
trepanación de asombro y ebriedad.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Yo no sé qué preguntan al sol los limoneros.
Ignoro los secretos de las algas y de las medusas.
Tampoco sé si esto es un poema
o una pequeña galería de hormigas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
TAL VEZ VOSOTROS SABÉIS
No sé, escucho himnos dentro de las lágrimas.
Tuve una casa con ventanas en el techo:
veía tiburones, cordilleras, trenes volar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé bien qué es la paz:
llegué tarde a la guerra.
La tempestad está tras la montaña,
sobrellevo el estruendo de su luz.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Tiemblan mis pies
cuando retumba el eco del silencio,
no sé si las palabras tienen sangre.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
No sé por qué se tambalea el vértigo
cuando miro las cúpulas,
pero noto en mi pecho borboteos de petróleo.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Mi país es un rompecabezas,
al más mínimo golpe se desvertebrará:
ya no tendré país.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Desde el avión veía sobre el mar
manadas de elefantes petrificados,
dromedarios tendidos, sombras de cocodrilos:
me dijeron que eran islas griegas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Huyo, siempre huyo: acaso tras las puertas
que arrancan sus bisagras, sus cerrajas
y, a lomos de las llamas, corren irrefrenables
para aclamar a los ladridos del mar.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
La poesía debe ser extrema,
estampido de mundos, abrazo de la pólvora,
escardar las tinieblas con antorchas,
trepanación de asombro y ebriedad.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
Yo no sé qué preguntan al sol los limoneros.
Ignoro los secretos de las algas y de las medusas.
Tampoco sé si esto es un poema
o una pequeña galería de hormigas.
Tal vez vosotros sabéis, yo sólo canto.
***********************************
NOCTURNO EN RODAS
El edredón de las nubes nos abriga.
Por la luz desdentada del silencio
pasa la noche con sus rostros ciegos,
pasan las olas con sus uñas rotas,
pasa el dado de canto del ayer.
Y tu ebriedad de mar, atormentada, pasa.
Lentos gatos repasan los tobillos del aire,
el lomo hirsuto del tiempo desbocado,
el mundo de las sombras
y las sombras del mundo.
El edredón de las nubes nos abriga.
Por la luz desdentada del silencio
pasa la noche con sus rostros ciegos,
pasan las olas con sus uñas rotas,
pasa el dado de canto del ayer.
Y tu ebriedad de mar, atormentada, pasa.
Lentos gatos repasan los tobillos del aire,
el lomo hirsuto del tiempo desbocado,
el mundo de las sombras
y las sombras del mundo.
No pasa nada y ha pasado todo.
*************************
PASIÓN DE ÁNIMO
Quién hubiera podido traducir
las manos del silencio y, en la ebria
serenidad de aquella cama ciega,
pegados uno al otro, amanecer
dormidos para siempre tras la noche
que lleva al mar final ajeno a todo.
Tu piel no deja de cubrir mis huesos.
Angel Guinda
1 comentario:
Graciasssssssss, Fernando. Eres un hermaño.
Publicar un comentario