que abarca la tarde y se posa en tu espalda?
Hay en esa interminable senda de palabras
ciertas luces del ámbar que me alumbran,
un guarismo difuso de brasas ardientes
que se van desprendiendo,
lentas como las horas,
desde tus iluminados hombros
para caer y perderse en el oscuro vértigo de mi deseo.
¿Qué pureza trajo el pájaro del amanecer,
qué despertó al felino instinto de la noche,
qué luna vino con la desnudez de tu vientre?
Ahora, alargo el instante en que te miro,
pago y pago bien respirando contigo,
hay en tu boca una canción, cierta melodía
que todavía suena como un misterio entre tus labios,
la esencia que sin tu saberlo
te hace revivir como un ángel eterno
en medio de la mortalidad que habito.
3 comentarios:
Un silencio que canta!!! Abrazos.
A veces (sólo a veces) no hay palabra que alcance.
Dejarse caer entre sus versos suena a milagro.
Lo abrazo Sarria.
M
entre dos a veces las palabras estorban
besitos y feliz inicio de semana
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