y no me olvidé por ello del sueño vespertino de su sonrisa,
mientras escuchaba, a veces, las lejanas pisadas
que el tiempo no supo llevarse.
Tan lejos como su sombra,
también ellas se perdieron en la noche.
F
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
1 comentario:
el tiempo siempre deja rastro tras de sí
ni tan siquiera la noche puede ocultar todas sus huellas
como siempre: hermoso, Fernando... besos
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