sino solo el movimiento de las sombras,
mirar el horizonte era alcanzar con la mano el quebrado silencio,
la unidad de todo lo percibido,
el esfuerzo sin rostro,
mientras el dolor era la costumbre,
la aceptación,
la parte derrumbada de la casa.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
3 comentarios:
parece que ese tiempo y esa arribada a esa derrumbada casa se nos asoma por el ahora,porque el dolor ya se nos hizo cotidiano
besos FER
no me cabe duda que este poemario tiene mucha pasta para enhebrar cuentas maravillosas
desde este lado del mapa las mejores energías para que sea todo un éxito
más besos
Bin escrito; como Dios manda. Abrazos.
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