el otoño cayendo sobre mi cuerpo desnudo.
Tus besos desataban la tormenta,
gotas que caían por mi espalda,
en mis hombros y en mi pelo
arremolinado por tus dedos.
Tenía Venecia todas las armas:
una cama grande,
el color del atardecer
y el valor de la constancia
en tu boca y en tus manos
para dirimir y vencer una y mil batallas.
F
4 comentarios:
Venecia siempre tiene y tendrá todas las armas.
Un saludo
Lluvia, otoño besos.
El cuerpo guarda tantos recuerdos...
Un abrazo.
sensual a morir!!
besitos de luz
Me encantan los tiempos
entre labios
que saben recordarse sabanas...
mas abrazos :)
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