Berlín se recorre en mi memoria como un dedo,
su yema, puede transcurrir lentamente
en la senda de una cicatriz.
Un dolor de invierno,
el vaho blanquecino que envuelve
cada respiración sanguínea.
Amor, he envuelto tu silencio en mi corazón,
escucho relinchar unos caballos en la lejanía de mi esperanza,
tal vez tengan el brillo enrojecido que da la nieve
o solo sea el pequeño misterio que dejan
sus pasos marcando perennes huellas
en el pavimento nevado de la Unter den Linden.
su yema, puede transcurrir lentamente
en la senda de una cicatriz.
Un dolor de invierno,
el vaho blanquecino que envuelve
cada respiración sanguínea.
Amor, he envuelto tu silencio en mi corazón,
escucho relinchar unos caballos en la lejanía de mi esperanza,
tal vez tengan el brillo enrojecido que da la nieve
o solo sea el pequeño misterio que dejan
sus pasos marcando perennes huellas
en el pavimento nevado de la Unter den Linden.
2 comentarios:
Otra ciudad en mi agenda de viajes, se me amontona el trabajo.
Amor, he envuelto tu silencio en mi corazón..., en tu corazón de poeta, un beso.
Precioso poema...fría ciudad.
Besos
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