Pronuncio ese nombre,
sílaba a sílaba,
como si nunca fuera a perecer
entre mis labios
cuando con mi boca lo recuerdo.
Oigo unos pasos,
las sombras son a la noche
sus vástagos de tiempo.
Oigo unas voces,
casi todas tienen la fuerza de la lumbre.
Valgo poco, y sin embargo,
andando solitario por estas viejas plazas,
el agua se reserva un rumor
que trae junto a mis dedos
la humedad de su nombre.
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7 comentarios:
Ese nombre que está arraigado en el corazón, ese nombre que tantas veces pronuncié para amarlo, y ahora...
Saludos
Siempre arderá la llama si pronuncias su nombre.
Es tan bella Venecia, tan para perder el alma.
Te abrazo poeta lindo.
M.
Qué nunca dejen de arden los deseos en esa llama.
Un abrazo!
"andando solitario por estas viejas plazas"
me detengo en este verso, me lleva a mis andanzas por Venecia.
Yo escribí hace años:
VENECIA, HOY
Navego hoy, Venecia, tu piel manoseada
por este constante carnaval que es la vida,
ayudada de pequeños impulsos de remero,
deslizándome por la historia de tus aguas,
en las estrechas calles bañadas de tu piedra.
Me dejo ir enganchada a la aventura
de la blanca vieja máscara que te cubre,
y rescato el momento de esta dicha,
dulcemente acariciada por las brumas,
el roce de luz en tus travesías de piel
llenando los canales de mi carne húmeda.
Dejo atrás Rialto y escucho despedidas,
Santa María de la Salute, campanile en S Marcos,
antes de lanzarme al mar abierto de tus nubes.
Nombres como ardientes llamas.
Suelen quemar en la soledad y el silencio.
Abrazos.
en el nombre queda la marca que se hace carne y pulsa en la añoranza
besitos de luz
ten una semana genial
En Venecia es donde único es capaz de arder el agua.
Un abrazo.
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