Y Vilas acaparó la portada de todos los que miran desde lejos a un desierto, este, donde él discrepa, una estancia vacía de órdenes y pequeñas ínsulas que como corbatas se deslizan desde el gaznate de los hombres pulcros al silencio de sus braguetas santificadas en aras del bien común.
Entonces él abrió un libro y trajo más de veinte años de amor hasta nosotros, todavía cree el iluso en ello, y como si fuera pan de diezmo los ciegos abrieron los ojos y los travestidos cambiaron sus chaquetas en una ciudad de moño y gafas de concha y dijeron ¡ohhh! y se fueron a comer bocadillos de bonito y anchoas en salmuera o a traspasar una tintorería que tanto da.
Vilas se exclama como un corso montaraz y eso gusta, quizás porque para entenderlo haga falta revindicar la sorna y los tomates de Barbastro aunque es cierto que leyendo a Vilas el amor fluye desde tan abajo y desde tan adentro que todo lo que digamos es poco.
Salid y acaparad el libro de Vilas…él os lo agradecerá y por lo menos leeréis algo bueno.
Entonces él abrió un libro y trajo más de veinte años de amor hasta nosotros, todavía cree el iluso en ello, y como si fuera pan de diezmo los ciegos abrieron los ojos y los travestidos cambiaron sus chaquetas en una ciudad de moño y gafas de concha y dijeron ¡ohhh! y se fueron a comer bocadillos de bonito y anchoas en salmuera o a traspasar una tintorería que tanto da.
Vilas se exclama como un corso montaraz y eso gusta, quizás porque para entenderlo haga falta revindicar la sorna y los tomates de Barbastro aunque es cierto que leyendo a Vilas el amor fluye desde tan abajo y desde tan adentro que todo lo que digamos es poco.
Salid y acaparad el libro de Vilas…él os lo agradecerá y por lo menos leeréis algo bueno.
1 comentario:
Me haré con él y lo leeré.
Seguro.
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