Vino un ángel.
Todavía las mieses se resistían en el amanecer.
Los pájaros se hicieron dueños del viento.
Alúmbrame en esta hora de fuego,
el ansia tiene un nombre,
el color azulado de lo lejano,
la palabra húmeda que deja el reposo.
La vida diminuta seguía en los invertebrados,
él, desde lo alto,
siguió el juego pretérito de los planetas
y en el puente dejó una huella,
la sombra de su vuelo entre los arcos.
8 comentarios:
Querido Fernando
me gusta mucho el poema tiene mucha expresividad y ritmo
vino un Angel lleno de poesía y amor
un beso y un abrazo
anjos tem uma sutileza nos gestos assim as suas palavras!
Abraço.
Deixo aqui um convite para visitar as conchinhas...
Parabens pelo seu blog!
Abraço
Priscila Lima.
Ángeles así no vienen y se van, siempre permanecen.
Un abrazo.
Un ángel que susurra poesía.
Bellísimo!
Te abrazo mucho.
M.
Bienvenidos tales ángeles.
Nunca se nos pase desapercibido un vuelo así:
con huellas en los puentes y sombras entre los arcos.
Abrazos.
Descubrí este blog lleno de hermosas palabras y me quedo, siempre con tu permiso.
Todos tenemos un angel que nos cuida y está cerca.
Besos
benditas ángelas que nos llenan de vida, compañero
pasó un ángel
dejando la huella de su transitar
en un vuelo... vestigio de luz
el instante en el dulce rastro de lo invisible
la mirada en un visible despertar
angélico poema Fernando... besos
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