Aparte de la propia felicidad de coger cerezas contando con la amabilidad de Ana y sus hijos y de la paciencia de Roberto del Val que nos acompañó a semejante tarea ( no tenemos precio depredando) después vino la lectura de poemas, un pequeño coloquio...y una lifara en la que hubo de todo...en la noche oscura las brasas en el albero de la plaza de toros me dejó una impresión fascinante...GRACIAS a tod@s.
BONJOUR, TRISTESSE... II
Hace 1 día
1 comentario:
Me encanta, sobre todo, la primera foto, vaya par de dos, ¡menudo peligro!
Cuidadín con las cerezas, de pequeña tuve un empacho de ellas y lo pasé fatal, todavía me acuerdo y hacer muchíiiiiiiiiisimos años.
Qué envidia, qué bien lo pasáis.
Besicos "pa tos".
Publicar un comentario