Esta pantera es mi hermana mayor. Rugió por vez primera cuando yo amaba aún todo cuanto me sucedía: escuché aquel rugido como algo que me entregaba el universo. Nació así entre nosotros cierto cariño deshonesto e incomparable. Ella, desde su agilísima forma cubierta por el ébano centelleante, se acerca para seducirme con sus movimientos de acero: miro su brillo hipnótico lamentando la pobreza de mí poder y recuerdo las veces en que nos hemos arrojado al pasillo, hermanados por el común deseo de la aniquilación. Nuestro incesto se va fortaleciendo gracias a un estilete de rencor en cuyo filo sonríe una ternura desconcertante: aprendemos que el odio es más sensual que la piedad.
Di la verdad a éstos, diles que me defiendo de tus arañazos, diles que mi mayor lujuria consiste en meditar tu destrucción. Diles que contraataco a todas horas con la insoportable esperanza de desmenuzar poco a poco tu compacta agresión, tu existencia, tu proximidad, tu memoria. Diles que me he servido, contra ti, de todas las armas: las mujeres, el trabajo, la música y millares de cigarrillos, los amigos y las palabras, el arte, el alcohol. Yo vivía como la palabra socorro. Yo vivía en legítima defensa. Usé todas las armas contra tu esplendor, todas las armas contra el desatino de tu inmortalidad.
Esta pantera es mi hermana mayor. Me vigila como un océano a la costa y me nombra por mis diminutivos. Yo la vigilo como un reo de muerte a los minutos, y le llamo tristeza a falta de un nombre más vasto y depravado.
Félix Grande
Esta tarde/noche he estado escuchando y conversando con este gran poeta y con su mujer, Paca Aguirre, otra gran poeta...gracias por estos buenos momentos.
4 comentarios:
La sabiduria de la pantera incluye el reclamar su propio poder. Este texto lo confirma.
Buena tarde/noche... de esos dias seguro que solos se marcan en el calendario.
Un abrazo Fernando : )
¿Qué tendrá la pantera que resulta tan fascinante, mucho más que otros felinos? Tal vez lo que nos explicó Rilke. También me gusta lo que nos cuenta Félix Grande que es, efectivamente, grande. Me alegro de lo que cuentas. Estos ratos acarician el alma.
Un beso, Fernando.
grandilocuente texto Fernando, mi respetuoso y admirado silencio ante estas palabras
besos
Hay que ser grande también para saber reconocer la grandeza en otros...
Un abrazo,Fernando.
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