Así como tu nombre la tarde quedó muda.
Se abrió el cielo.
Un arbolado viaje de pájaros inundó la tierra.
Luego el silencio era abotonado en el huir derrotado del sol.
Tú ya no eras la que guardaba el viento,
ni el ruido sentido de la mar
llegaba con tus dedos aferrados a mi cuerpo.
El bosque dormía en su invierno de ceniza
y la sombra roja de la noche
tenía todavía
los dientes blancos de la nieve.
F
5 comentarios:
todo completo es un derroche de belleza y sensualidad
un placer leerte Fernando
ten un día genial:=)
Muda de nombres la tarde y ella.
Nada mejor para la palabra de los demás sentidos y de las imágenes sugerentes.
Un abrazo.
muy bueno..
Un gran poema. Precioso.
Un abrazo.
Y siempre el bosque rodeándolo todo.
Ahora que me faltan palabras tus versos me completan.
M.
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