La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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domingo, 21 de febrero de 2010

Fui el pájaro del alambre







Fui el pájaro del alambre,
un suicidio en la lumbre,
la luz de la ventana,
el quiebro sin tacha,
la línea huidiza,
el sabor de la sal,
la vara de almendro,
el canto y su salmo,
las cuentas pendientes,
las razones varias,
el orgullo y su ira,
el tránsito y la selva,
la marea,
los tejados púrpura,
la labor de la hormiga,
el color del olvido,
las hojas marcadas,
uno tras otro los cafés de la tarde,
el crepúsculo y el silencio,
la espera, la llegada, la escapada,
toda esa noche y su desierto de aurora.
Hay una deuda de palabras
cuyas sílabas se pierden en mi verso,
tal vez sea el miedo
o la fragancia de los jazmines
que seguro traerá el verano.




4 comentarios:

almena dijo...

mmm creo que tú estás en deuda con las palabras...
son tan dóciles en tus manos...
se dejan moldear de forma tan hermosa por ti...

Un abrazo!

Laura Gómez Recas dijo...

Pese a sentirse tantas cosas, al final siempre acabamos siendo deudores. Es un privilegio serlo de esas palabras que se escapan de los versos, de aquéllas en las que nunca se atina... Y más, aún, ser consciente de ello.

Un beso.
Laura

Mayte S. dijo...

Hay una deuda de palabras
cuyas sílabas se pierden en mi verso,

Tal vez esa deuda se pague solo con silencio...

Un buen poema sin duda...

Conc ariño, esencia.

Andrea Breq dijo...

el buen tiempo está a la vuelta de la esquina, y cuando las mañanas o las noches abracen esa fragancia exacta, las sílabas cobrarán sentido, y versos nuevos se colgarán de tus pétalos...


besos y buena semana

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