La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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miércoles, 12 de agosto de 2009

HOPPER OK






Es la última vez que llamo este ascensor y que me alejo
como una enredadera crece, sin preámbulos. Duermes. Marcharse
cruje: ya nunca será el vuelo a ras de las palomas.
Será la sombra seccionada de los rascacielos en mitad de las luces
que cubren la ciudad cuando no queda nadie,
cuando ya nadie besa delante de las puertas de los arzobispados
ni delante del cine, ni en medio de la Plaza de España.
Tú me besaste un día, pero ya no me besas
ni detienes mi mano que llama con urgencia un taxi para llegar
al medio de la noche, donde no queda nadie.
Duermes. Estás acostumbrándote a sacar pasaportes
igual que antes jugabas a no mojarte nunca los pies si había lluvia.
Hoy me puse tacones, que ahora suenan sobre esta acera dura
de seis de la mañana, y no sirvió de nada.
Sin embargo, el borracho que abre el bar de madrugada cada día
me ha reconocido y al entrar me saluda.
No volveré a tu casa. Y nunca será tarde para nada.
Me tomaré esta copa, sólo una.
Luego me iré a dormir.
No hay prisa.




Mª Luisa Miñana




F


8 comentarios:

Belén dijo...

Cuando no hay prisa se acentúa todo mas, aunque sea tristeza, procura disfrutar...

Besicos

Luisamiñana dijo...

¡Estupenda foto para el texto, maestro! Thanks, very

kss

Lucía dijo...

Nunca es tarde para empezar de nuevo.
Un abrazo para los dos.

pepe montero dijo...

Que importante es no dejar de besar. Un beso es una cosa muy útil y contiene un infinito de alegrías, así como tambien resulta muy gratificante que no te dejen de mirar las tetas, ni el culo cuando te pones una combinación corta de raso, sin nada debajo, y ya no digo nada con tacones, ¡uff!. Buen relato y buena foto la de ese paseo lleno de patíbulos luminosos ahorcando las primeras angustias de la madrugada.

Olga Bernad dijo...

"Tú me besaste un día, pero ya no me besas"
Qué terrible claridad, y qué simple.
Es muy bueno.

ybris dijo...

Como en un cuadro de Edward Hopper la soledad y la despedida se mascan entre el ritmo precioso de heptasílabos y endecasílabos ocultos entre los versos.
No me canso de leer este poema.
"...Marcharse
cruje: ya nunca será el vuelo a ras de las palomas."
Y en el fondo el bordón de ese "nadie" que no queda ni besa, de esa "nada" que no sirve y que arrebata la prisa al tiempo, ese "ya" que parte el tiempo desde el pasado irrecuperable al futuro borrosamente incierto.
Dormido queda el pasado en el lugar al que no regresaremos.
A dormir iremos luego lentamente al sitio gris al que llegaremos solos.

Caramba, Luisa, todo el libro me emociona. Este poema me entusiasma.

Eres formidable. Lo sabía antes de conocerte.

Un abrazo enorme a los dos.

irene dijo...

Me encanta Luisa, y suscribo lo que dice Ybris, antes de conocerte sabía que eras estupenda.
Un montón de besos.

Doberka dijo...

Dura, sin duda, esa despedida que nadie detiene en medio de la noche y a medio camino, entre la vida y la nada, pero, cómo bien dices en este tremendo poema, Luisa: "No hay prisa" después todo se vuelve lento y delicado.
Ya sabes que me encantan todas "Las esquinas de la Luna"
Gracias por tu exquisito poemario.

Besos

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