A veces me parece extraño ser parte de ti,
cuando miro en los monitores las próximas salidas
y el aeropuerto es un nido de águilas abandonado,
un desierto de aviones dormidos esperando la lluvia.
Mi viaje debe durar pocas horas
y recorrer el cielo gris de Europa
como cuando estoy en tu cama
y tus sábanas desprenden el tacto del lino
mientras tu piel sabe de bosques y tormentas de verano.
Algo trae esta lluvia que siempre huele a tierra abonada
y al aroma devorador de todos los océanos.
Una brisa agreste y fría me recuerda las noches
en que tus palabras se hacen mías
y me pregunto ¿qué hago perdido
en mitad de Europa un día de otoño?
cuando miro en los monitores las próximas salidas
y el aeropuerto es un nido de águilas abandonado,
un desierto de aviones dormidos esperando la lluvia.
Mi viaje debe durar pocas horas
y recorrer el cielo gris de Europa
como cuando estoy en tu cama
y tus sábanas desprenden el tacto del lino
mientras tu piel sabe de bosques y tormentas de verano.
Algo trae esta lluvia que siempre huele a tierra abonada
y al aroma devorador de todos los océanos.
Una brisa agreste y fría me recuerda las noches
en que tus palabras se hacen mías
y me pregunto ¿qué hago perdido
en mitad de Europa un día de otoño?
F
4 comentarios:
¡Qué bien la evocación del amado! Ser parte de... allí donde la frialdad se hace más evidente.
Laura
Ser parte, como dice laura, el amado en el viaje de la vida y en todos los viajes cotidianos.Precioso Fernando
Me he sentido identificada contigo en este verso Fernando.
Un día me vi en la isla de la Reunión rodeada de Franceses y pensé: ¿Qué hago yo aquí?
Besos
Tal vez te estés esperando...
Un abrazo!!
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