La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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sábado, 17 de enero de 2009

Ficticio





Esta no es una historia corriente, es la historia de un hombre que intuye que hay vida ‘fuera’, mas sòlo ha de considerarla en algùn equìvoco sueño.
Se podrìa decir que la vida de este hombre, aunque algo infortunada,
guarda consigo singular belleza, eso es lo que me ha acercado a èl.
Y sus ojos glaucos.
Poco fue el tiempo que hemos compartido, mas aùn tengo recuerdos de algunas plàticas y el respeto que me inspiraba con esos silencios largos y hondos que me llevaban hasta mis propios abismos.
No llegamos a entablar una autèntica amistad, pero tuve el placer de experimentar que muchas veces es mejor intentar escuchar màs allà de las palabras y sobre esto no cabe ninguna discusiòn.

Solìa ausentarme de nuestras conversaciones -debo admitirlo- perdièndome en ciertas elucubraciones personales respecto de su vida, que se me antojaba ligeramente desgraciada, junto a una sensaciòn como de conocer ya todo de èl, hasta el punto de saber algunas cosas que hasta èl mismo ignoraba o parecìa ignorar.
Aunque de especial caràcter, se hacìa a mis ojos de una personalidad poco animada, sombrìo y hasta abrumadoramente metòdico.

Siempre hacìa el mismo recorrido que lo llevaba de su casa al trabajo,
de la tienda de compras hasta el estanco, y asì…
No salìa si no reservaba para el viaje diversos objetos para eventuales contrariedades, que nunca ocurrìan, de màs esta decirlo.

Parco al hablar, pude darme cuenta de que no le agradaban las preguntas y mucho menos dar respuesta a los interrogantes, a lo que de inmediato contestaba evadiendo y yo, por cariño -meramente- seguìa mi paso silente, àvida, si, pero notando alguna suya cierta enajenaciòn o exclusiòn del mundo.

Hubo una vez que con intenso gozo hube de cuestionarlo acerca de su vida personal, acerca de sus amores, para ser especìfica.
La caminata bajo el sol era propicia para su buen ànimo y yo -proclive a escandalizar- estaba dispuesta a ello.
Me contò –tìmidamente- acerca de la significaciòn de una mujer en su vida,
y no cualquier mujer, una mujer extra-ordinaria que le habìa procurado una tibia –a mi modo de ver- sensaciòn de estabilidad y sosiego, que rayaba con un extremado reposo de las emociones...

Se referìa a ella con palabras harto amables, pero sin embargo, como a
alguien ajena a si mismo, como si no hablara de su amada, por decirlo de alguna forma.
Incomprensiblemente afectada por una especie de tristeza, mi corazòn comenzò una carrera sin freno, como si la figura de esa mujer transfigurara en fantasma y me fuese obsequiada por toda la eternidad.

En aquellos tiempos ocurriò algo que no puedo arrancar de mi memoria.
Hablò, hablò -recuerdo- como defendiendo su ‘amor’ creo que intentaba un diàlogo consigo mismo al dejar escapar preguntas constantemente.
-Què sabe acerca del amor? Me dijo, increpàndome.
"Nada"…me dije en un silencio irrevocable.
Lo mirè largamente mientras reptaba mi rostro con esa mirada levemente triste.

Antes que exhalara una respuesta dijo en un tono que apenas podìa oìr:

-Regresè a ella despuès de un tiempo de andar solo,
fui al encuentro de un porvenir ignorado y probablemente tolerable…
asì fue que iniciè un nuevo camino ya hace tiempo a su lado, renunciando
a mis años jòvenes y sin rumbo, donde todo era aturdimiento.

Por un momento los imaginè presos del hartazgo torpemente disimulado
-y no pregunten por què- ...
Antes de emitir sonido susurrò:

-Anoche cenàbamos en repetido rito…mi vista no se apartaba de mi plato…cuando ella dijo:
-Te pasa algo?
A lo que segùn èl contestò:
-No, no pasa nada…
Ahì està el dilema…

Se oyò un ruido sordo y dramàtico.

La nada misma...

-Yo me sepultè en un profundo e interminable silencio…-




Uma

F


6 comentarios:

Doberka dijo...

La soledad contiene un abismo de silencios inabarcables donde la conversación con uno mismo se convierte en nuestra única y fiel compañera. Algunos lo llaman enajenación yo prefiero llamarlo soledad.
Sin duda no es una historia corriente Uma, pero es un micro relato precioso y trasmite perfectamente esa tristeza fantasmal.

Besos

Ego dijo...

Si va de silencios
o de mitificar fantasmas,
siempre habrá leyendas.
Habemus dolores.
Un (b)eso dental

cieloazzul dijo...

me sumí en la historia en los paisajes que acompañaron este diálogo tan repleto de día a día...
un beso... dos...

Sandra Figueroa dijo...

Bella historia que me atrapo. Un beso, cuidate.

MIZPAH dijo...

Nada peor que la nada...
Magníficas palabras en las que, no sé si por fortuna (o por todo lo contrario), me he visto reflejada en el recuerdo de unas frases (envueltas de largos silencios) que me llevaban también a lo más profundo de mis propios abismos.
Ya sabes que me encanta...
Te beso.

La sonrisa de Hiperion dijo...

"Regresè a ella despuès de un tiempo de andar solo,"

A cuantos no nos habrá pasado lo mismo!
Saludos

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