Hace años tuve un vecino
que todos pensaban que era un héroe.
Se levantaba temprano,
invadía la calle con decenas de platos de leche
para que todos los gatos del barrio
se deshicieran de su hambre casi endémica,
ayudaba a las ancianas a cruzar la calle
y hasta les llevaba las bolsas de la compra.
Pero aquel tipo siempre me dio miedo
y supe desde muy pequeña que no era de fiar.
Sudaba mucho y en el dedo anular de su mano derecha
llevaba una alianza aunque nunca nadie había visto a su mujer.
Sé que podría haber sido viudo,
pero todas las noches había dos sombras en su casa.
Enseguida el tiempo me dio la razón.
Un día una gran furgoneta vino a recoger a su esposa,
yo no miré, nunca me ha gustado
que mis ojos pierdan el tiempo viendo muertos.
Me quede quieta, esperé a que el vehículo arrancara,
a que los vecinos dejasen su sitio al silencio
y comencé a escribir
en la pared contigua a la casa del héroe:
Los héroes no sudan,
da igual que en las súper producciones de Hollywood
Ridley Scott se empeñe siempre
en mostrarlos como enfermos crónicos de Hiperhidrosis.
Después me guardé el bote de spray en el bolsillo.
Sonia Fides
3 comentarios:
Hay algo que nos alerta en la actitud del otro y más vale hacer caso si queremos evitarnos sorpresas. Sonia brillante como siempre y aprovecho para felicitarla desde este espacio. Felicidades!!
Besos para los dos
Alba
Curiosa característica de Ridley Scott... Pero cierta.
Abrazos
Audaz mirada infantil, Sonia, los niños suelen ver más allá de lo visible. Estupendo y descriptivo poema. Y muchas...muchísssimas felicidades, guapa!!!
Besos
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