La puerta se ha cerrado detrás de las ausencias.
En vano buscas solo, un aire conocido.
Dolientes dudas brotan de tu memoria herida
y esparcen en la estancia su hedor de soledad.
Al fin, como empujado
por un brusco deseo,
abres la puerta, súbito.
Y comprendes de golpe, con amarga certeza,
que, aunque mil veces abras, la puerta estará siempre
cerrada para ti.
José Verón Gormaz
F
4 comentarios:
Cuando una puerta se cierra, siempre està latente el misterio de la soledad. Abrazos.
por eso siempre hay que pensar antes que la cierren, despues ya es tarde.
Impactante y fuerte.
Besos
Alba
Acertado y doliente es este poema tuyo, José. La soledad como compañía...sigue siendo soledad, pero siempre se pueden abrir otras puertas y ganar nuevos amigos y compartir la tyristeza entre otros muchos sentimientos. Muy bueno.
Besos
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