Será la mañana un sitial de luz,
la ventana cruzará su estirpe con la sombra
y el reflejo de su lucha morirá en tus ojos,
cerrados párpados del sueño
en el silencio de un cuarto dormido.
En tu espalda desnuda
quedará el sabio sendero de mi mano,
unas gotas de luz encendiendo el recuerdo,
las vértebras marcadas
en el descuido del gesto,
dos lunares negros cercando tus glúteos,
las brasas sumisas de tu piel descansando
y sobre tus muslos abiertos
el pequeño regocijo de una cálida mirada.
F
11 comentarios:
mirada bella e indiscreta que desemboca en el fondo de un fértil valle...
un abrazo
Llego a ti desde el bueno de Pepe Montero, creo que volveré a menudo...
Saludo.
Fernando, muy especial la forma en que describes la caricia en su espalda y cómo la exitación se convierte en "brasas sumisas".
Seguiré visitando.
Una mirada cargada de amor....
Besines
Cálidas miradas del amor.
Cómo penetran.
Un abrazo.
Así da gusto mirar, Fernando.
Estupendos tus ojos que saben descrifrar todo aquello.
Como me gusta leerte..que lindo todo lo que escribes y describes..
Besitos cálidos
Talla tu mirada un sueño.
Bellamente suave se desprende de tu boca.
Bellìsimo, Fer.
Un beso
El poema está de concurso.
Muy bueno.
Saludos.
Delicado y sensual, como ya acostumbro a leerte.
un beso mañico
Bella, delicada y tierna mirada la que nos poetizas en estos versos.
Una mirada lenta, sosegada, amorosa y vestida de contenido vivido, sentido... con ese sentir que sólo puede adivinarse a través de la belleza de un poema o en la complicidad de otra mirada.
Hermosa ternura.
Besos
Publicar un comentario