La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco

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miércoles, 2 de abril de 2008

El monje





El monje salió de la clausura a las cinco y sacó un billete. Le echaron a faltar en laudes. Al salir el sol, la noticia llenaba el pueblo. La mujer del alcalde había dejado una nota sobre la repisa antes de tomar el tren.


Roberto Miranda



Foto

12 comentarios:

Marina Culubret Alsina dijo...

la belleza de lo sencillo, como la luz en el claustro...
saludos...! :-)

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Arkantis dijo...

Fernando,el anterior comentario...borralo,es igual al otro que borraste.

Oyes el monje vaya espabilado ehhh

Besotes

Capochoblog dijo...

Jajajaja, eso es porque debajo de la sotana tambien hay deberes y derechos, no?
jajajaajja.
Besos.

albalpha dijo...

Muy bueno, sin necesidad de más palabras.

Besos

Doberka dijo...

Qué bueno este microrrelato. En cuatro líneas ha metido a todo el pueblo, bueno menos a dos que ya no estan, claro,je,je,je.
Me ha gustado... me ha gustado.

Muchos besos, Fernando.

Madame X dijo...

Excelente.

X

Sofía B. dijo...

Fantastico.

Sofía B. dijo...

Vaya por culpa del acento me ha quedado un comentario muy de la tierra.

entrenomadas dijo...

Uy, Camilleri total.
Muy bueno.

M

Anónimo dijo...

El Miranda siempre tan brutal... Merecidos los premios que recibe.

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

Nada que agregar, muy buen relato

me gustó mucho el comentario de Doberka además.

Saludos

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