Lo digo y lo repito, pero nunca habéis querido entenderme:
no quiero que me recordéis mis años,
mis años no son míos
no tengo ni la propiedad ni los dominios
ni el usufructo
es un tiempo prestado;
alguien me pedirá cuentas
tal vez un juez,
me aplicará la ley:
las doce tablas,
los diez mandamientos
las obras de misericordia
las virtudes
los mandamientos de la iglesia…
no me recordéis mis años,
ya llevo perfectamente la cuenta, y aunque me equivocase, tampoco tendría importancia,
ni siquiera para mí
no me quitarán un día de lo vivido
ni adelantarán un día la fecha de mi muerte
Mi vida no es mía, y además no la recuerdo...
la vivo o la muero cada día
como un vestido nuevo
que me pongo
al despertar
hábito o mortaja, ¡qué más da!
Pero la memoria es la muerte, y recordar es morir de forma anticipada.
Poema de
Mariano Ibeas
Fotografía
aquí
5 comentarios:
Gracias, Fernando, gracias por tu amabilidad... me va a gustar mucho estar aquí, cerca de Isabel Izquierdo y de Silvio Rodríguez... una delicia y un honor.
Mariano Ibeas
Si sólo recuerdas es la muerte sin embargo la memoria nos permite aprender, darnos cuenta de nuestros errores, también entendemos cosas que en su momento no vislumbramos.
abrazos
Nada de recordar los años.
El reto es vivir sin olvidarlos.
Muy bien dicho, Mariano. "No me quitarán un día de lo vivido ni adelantarán un día de la fecha de mi muerte" el día al día es lo que importa, cierto es, pero si no tuvieramos memoría no podríamos hacer nada, porque no recordaríamos qué hacer de un día para otro y estaríamos todos seniles, je,je,je.
El poema esta muy bien, Mariano, me ha gustado su filosofía. Gracias y besos para todos.
El poema es bueno, tal vez debería aplicarlo, yo pienso demasiado, no puedo evitarlo.
un abrazo
Alba
Publicar un comentario