Mi entrenador
cuando era niño siempre me repetía
que no mirara atrás,
que no girara la cara en busca de mis rivales
mientras vaya en cabeza,
que de esa forma perdería velocidad y confianza.
Veinte años preparándome para que por fin llegue el momento clave
de mi carrera y comprenda por fin sus palabras.
Quedan cien metros,
recta final,
me voy a proclamar
campeón olímpico
de los 1500 metros
cuando, de repente, comienzo a escuchar voces
que me dicen que me pare, que no merece la pena continuar.
Hago caso.
Me paro, miro hacia atrás y por primera vez en veinte años
soy consciente del paso del tiempo.
Poema de
Nacho Tajahuerce Fotografía aquí
4 comentarios:
Sí, y esa es una sensación devastadora.
Estupendo texto.
Vamos tan rápidos que cuando paras, en ese preciso instante, ves pasar el tiempo sobre ti. Muy bueno Nacho.
Muchos besos para ti y Fernando.
La tentación de no continuar es demoledora.
Sobre todo cuando ya has hecho la mayor parte del esfuerzo.
Un abrazo
De acuerdo con Ybris.
abrazos
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