En las horas en que se desangra la arena la noche es un temido valle.
Un afán de derribar los muros me aprisiona el alma
y me sustento con la luz diminuta que en el cielo persiste.
Hay un olor a lluvia en mis entrañas, casi todo lo que tengo lo destruyo
y son más gotas de un dulce rencor que me hecho en cara.
Ahora me reboso como un cántaro de barro,
no me digáis nada más, sólo puedo mirar al infinito.
Fotografía de
J.A.Melendo
13 comentarios:
No diré nada. Salgo despacio sin hacer ruido.
Un saludo, Fernando
Vale, yo sólo te digo que ya es diciembre...
Cuando la rabia y la impotencia inunda como el poema, sólo podemos ser sanguijuelas del silencio...y expectantes del tiempo.
Leo eso...un poema sin cansancio....y sin branzas.
Concluyó NOviembre y su tiempo.
Olimpia.
Te degradas, pero cuando merma la lluvia, ponès todo tu arte de alfarero...
Aùn es noviembre por acà, mañana serà otro dìa.
Besos, Fer
Como un alfarero moldeas el infinito....
Fer, te dejé algo para ti en mi Conciencia Personal, como fe de mi admiración por el poeta Fernando Sarría.
Besos, Monique.
Hay veces en que uno sólo puede mirar al infinito.
Justo cuando cuando lo de cerca nos deja un poco destruidos.
Abrazos
El infinito es muy lejos. Feliz diciembre.
Un abrazo
Después de la tormenta viene la calma Fernando, ahí casi escondida, se encuentra la esperanza y todo vuelve a comenzar. No la pierdas nunca. Besos Fernando.
Sé que eres fuerte. Ánimo. Un abrazo.
"Dulce rencor"...¿es posible eso?.
Miremos pues al infinito.
... generosamente honesto...
abrazos
M. Pilar
....irracional pero sentido.
f.
Con atrevimiento e ingeniosa ingenuidad, me tomé una frase de este escrito para colgarla en mi blog... este sitio es hermoso... invita a seguir viniendo, asomándose a tu ventana...
valiente!
Adrianne
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