Traigo tras la lluvia la mano delatora,
el remolino que en el aire deja un sueño,
la perdida inocencia de un niño
al ver en el cielo alejarse su cometa.
Casi se han apagado todas las luces
y se oyen las campanas lejanas
tañendo en la mañana.
Mientras, se abre paso
un runrún de espliego desbordando los montes,
el aroma que enardece los campos próximos,
como si la palabra no bastara para nosotros
ni nada haya más que nos conmueva,
que en el silencio, la esencia de un trozo de tierra,
o en mi caso, verte rehaciendo poco a poco,
el jardín donde reposan los atardeceres.
DANS UN MOIS, DANS UN AN...
Hace 48 minutos
8 comentarios:
Hola recién vengo, y en tus letras encuentro los sentidos, si hasta percibo el olor a tierra mojada...
Un abrazo desde el sur
¡Cuántas cosas tras la lluvia!
Sensaciones de comenzar con algo más que la palabra.
Aunque sea rehaciendo los jardines de otros atardeceres.
Abrazos.
Leyendote da la sensación de que hilvanas palabras sin esfuerzo, como si las pensaras ya con forma y sonido....
Un beso,
Hilda
Bienvenida Luciernaga...me alegro que te gusten mis sencillas palabras...un abrazo para ti y para tu tierra..Chile sin conocerlo me trae rumores de músicas y de un gran poeta.
Hola Ybris, ya ves que en lo más sencillo podemos encontrar gramos de felicidad..un abrazo
Hilda, la verdad es que esa sensación debe ser porque después de trabajar estoy siempre escribiendo...es como mi segundo oficio...gracias por volver por aquí..un beso.
Olor a tierra mojada y espliego, más intenso cuanto más cerca de la tierra.
telurica!
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