Para este sueño, Neruda sólo me regaló
un racimo de luces recorriendo tu vestido,
como si el crepúsculo fuera un amante
y tú la poseedora del último rayo del ocaso.
Para este sueño, Cernuda me dejo el amargo sabor
de reconocer que nunca hemos podido vencer la desolación,
y que en el punto donde nace la verdad
las ausencias y el olvido son el peor destierro,
la condena explicita de que todo se acaba,
sin más ni más, eternamente.
Quizás García Montero, mientras se fumaba una tarde
en una de sus plazas de Granada, tuvo a bien
dejarme el pequeño placer del deseo contenido en una mirada,
ese que nace al ver pasar a alguien como tú,
durante veinte o treinta segundos interminables,
y luego deja de ser el deseo, pasa a ser nada,
una sombra detrás de tanta gente,
dejándome varado en la amargura
como a las barcas errantes en la arena silenciosa.
Todos los poetas que no puedo nombrar me han hablado de ti,
me han dejado el poso de la esperanza y del miedo,
porque amar es tan hermoso y duro
que en cada rincón del universo en el que lo sienten,
los poetas dejan una luz como bandera,
esa que dice que aquí alguien ha vivido y ha amado,
ha sostenido la realidad de un sueño,
y con su pasión y con su dolor,
escriben para nosotros, dejando sus palabras
para los amantes del mañana.
un racimo de luces recorriendo tu vestido,
como si el crepúsculo fuera un amante
y tú la poseedora del último rayo del ocaso.
Para este sueño, Cernuda me dejo el amargo sabor
de reconocer que nunca hemos podido vencer la desolación,
y que en el punto donde nace la verdad
las ausencias y el olvido son el peor destierro,
la condena explicita de que todo se acaba,
sin más ni más, eternamente.
Quizás García Montero, mientras se fumaba una tarde
en una de sus plazas de Granada, tuvo a bien
dejarme el pequeño placer del deseo contenido en una mirada,
ese que nace al ver pasar a alguien como tú,
durante veinte o treinta segundos interminables,
y luego deja de ser el deseo, pasa a ser nada,
una sombra detrás de tanta gente,
dejándome varado en la amargura
como a las barcas errantes en la arena silenciosa.
Todos los poetas que no puedo nombrar me han hablado de ti,
me han dejado el poso de la esperanza y del miedo,
porque amar es tan hermoso y duro
que en cada rincón del universo en el que lo sienten,
los poetas dejan una luz como bandera,
esa que dice que aquí alguien ha vivido y ha amado,
ha sostenido la realidad de un sueño,
y con su pasión y con su dolor,
escriben para nosotros, dejando sus palabras
para los amantes del mañana.
* © 2007 fotografía José Antonio Melendo
10 comentarios:
Los poetas hablando para tí, dejando sus versos escritos en el pasado para que un amor futuro los recoja, los vuelva a sentir y renueve su pasión y su vida.
Me has hecho llorar.
Extraña y conmovedoramente cercano hoy tu poema para quien se pierde en el silencio de las horas más tempranas a la búsqueda de poemas y poetas que hablen de lo que uno lleva escondido y necesita que se lo remuevan.
Seguramente uno en el fondo sueña con escribir para los amantes del mañana.
O, al menos, para los soñadores de hoy.
Un abrazo
En realidad queridos amigos, los poetas trascienden sus vidas dejando las emociones en las huellas de sus ppalabras...besos y abrazos
¿No es esa la mision del poeta? Qué sus palabras nos hablen de ella.
ppalabras? glups la campaña hace mellas ;-))
Salu2 Córneos.
"...dejándome varado en la amargura
como a las barcas errantes..."A veces los poetas hacen luminoso y lindo nuestro sencillo dolor.
Precioso texto. Gracias.
Un saludín.
Gracias a ti Amanda por venir a mi salón de palabras...un abrazo
Javier..los poetas no tienen ninguna misión...si acaso lo que hacen es sencillo, ponen en un grado de fervor lo cotidiano...y a veces la pasión y la tristeza...un ramillete de palabras que encienden la oscuridad? o sólo, y ya es algo, un poco de emoción en este mundo tan mezquino?...un abrazo amigo.
Hola Fernando es mi primera visita y es un verdadero placer leerte.
Prometo volver.
Saludos desde Argentina
Bienvenida a mi salón de palabras...te espero para cuando tú quieras..un abrazo
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