Estoy vivo en la noche
Pere Gimferrer
Caigo de bruces sobre el mundo,
su silencio es una herida que no cura.
Voy a derramar las últimas lágrimas en la oscuridad
mientras escucho los pasos de las horas,
la ausencia, la distancia medida en el vuelo de los pájaros.
Cada palabra busca su envés,
su hondura, su larga vereda de murmullos.
En el cristal, con mis dedos, dibujo aves,
barcos en el viento, nubes del color de la bruma...
tú no sabes distinguir en mi sonrisa el color de la noche,
no es negro azabache,
ni azulado como el vértigo de tu deseo,
sí que tiene la ofrenda de todo lo que sueñas,
en los bordes de tus ojos, mirando al horizonte,
siempre descubres en el espejo de tu mirada
ese color intenso e indefinido que tiene la soledad.
f.