NOVIEMBRE 2021
1
Viene la queja, se siente como la sinuosa huella que deja la sierpe en su camino a la oscuridad.
2
Dejaron sobre mi nombre una simple y humilde piedra. El destino siempre recorre su camino.
3
Dejo las cenizas junto a los recuerdos. El bosque duerme en su largo silencio de noche.
4
Me habito de la humedad de la lluvia. Nada dibuja mejor mi pensamiento que las oscuras nubes de tormenta.
5
Teje la noche su sombra. Vuelvo a mirar el infinito con dolor, todo tiene siempre un por qué.
6
Las huellas en la nieve dejan un hueco invisible en el corazón. En mí espalda se asienta el frío.
7
Siento el silencio. Ando por un sendero donde nadie nunca será más que nadie. El humo y la ceniza nos igualan a todos.
8
Se pierde en el viento la palabra. Solo me queda el remanso, cerrar los ojos y mirarme adentro, sin medida.
9
Recojo en la borrasca los nombres ausentes. Un hilo de luz que siempre me conmueve.
10
Nunca existe el olvido. La memoria recurre a meandros para obviar lo que nos duele.
11
Me dejo en el camino las verdades. Enumero uno a uno mis silencios. He guardado la esperanza para la primavera.
12
Me siento indefenso ante el quebranto. Todo se desmorona y cuesta cada vez más reconstruirme.
13
Del rojo serbal mantengo la intuición de su mensaje. El crepúsculo de la tarde llevándose los sueños.
14
Sostengo el horizonte. Detrás de mí queda la costumbre, el dolor, un luto negro con que vestir el silencio.
15
Vuelve el viento con sus nombres. Ando despacio por mi propio camino de sirga.
16
Arde el sarmiento, fugaz luz en la noche que enciende la oscuridad. Después todo se habita de la sombra.
17
El tiempo se ha ido llevando su recuerdo aunque en los días fríos escribo sus iniciales en el vaho de los cristales.
18
Van pasando los días y llegan instantes donde lo importante solo es volver a ver amanecer.
19
No oigo a los pájaros cantar. Me deslumbra tanto silencio solo roto por el sonido incontestable del viento.
20
En la niebla del tiempo siempre queda este mes con sus dolorosas huellas en mi memoria.
21
Escucho en la noche una letanía que rememora los días oscuros. Traen de nuevo las horas insomnes.
22
El sendero del parque se pierde en la bruma. Me recojo entre esas hojas caídas en la noche.
23
Se siembra en lo fugaz. Ciertos pensamientos siempre brotan en medio de la oscuridad.
24
Usar el fuego para ser hijos del olvido. Todo duele hasta la pavesa que en el aire agoniza con tu palabra.
25
Derramo las lágrimas del frío. Siento mis emociones deshabitadas en medio del páramo.
26
Hay un ángel azul en mi ventana. Me contempla, sabe que no me sirve la verdad que trae con su fuego purificador.
27
Habito un lugar abierto al viento. Estos días oscuros y sin sombra poseen la trasparencia necesaria del dolor.
28
Me oculto de mi mismo. Descanso detrás de la luz. Allí, donde no llega la letanía ni los salmos.
29
Donde no sea nadie, ese es el lugar al que pertenezco.
30
Despido la urgencia de desaparecer. Abro mis manos al frío y a la lluvia. Pronto seremos invierno.
F.