martes, 15 de noviembre de 2016

Poema XVII



Hemos puesto en nuestra mente a cada cosa un nombre

y suena en el aire una voz diciendo Sahara e imaginamos un desierto.

No deja un río de ser río,

ni un mar se puede abandonar a otro nombre,

por eso pensamos siempre en una rosa

y el aroma y su posible color nos invade.

Todo adquiere sentido porque hemos marcado con símbolos la vida.


f.


No hay comentarios:

Publicar un comentario