
Rota la demora suena el tañido del bronce,
hay una angustia, su condena elevada al eco
mientras las montañas sólo traen la lluvia y el trueno ruge.
Erígeme en héroe,
sabes desatar mi lengua
y el sabor de mi saliva trae en su humedad las especias de tu piel.
Ahora me reservo un último rincón entre la niebla y el desván,
ese hueco donde en lo oscuro templo cada gota de tu sudor
y arqueo tu cuerpo con la cuerda del deseo...
Suena lejos, es cierto, pero afuera sigue lloviendo.
hay una angustia, su condena elevada al eco
mientras las montañas sólo traen la lluvia y el trueno ruge.
Erígeme en héroe,
sabes desatar mi lengua
y el sabor de mi saliva trae en su humedad las especias de tu piel.
Ahora me reservo un último rincón entre la niebla y el desván,
ese hueco donde en lo oscuro templo cada gota de tu sudor
y arqueo tu cuerpo con la cuerda del deseo...
Suena lejos, es cierto, pero afuera sigue lloviendo.
F
Bella sinfonía para cualquier noche con lluvia... y sin ella.
ResponderEliminarUn beso, buenas noches.
No hay ya muchos tañidos de bronce que escuchar pero sí los de angustias elevadas al eco.
ResponderEliminarY los de tormentas.
Escucharemos la lejanía al fondo de la lluvia.
Abrazos.
Qué suene hasta las 24 horas.
ResponderEliminarSaludos
Cae una nueva gota de sudor,
ResponderEliminarAcaricia el bronce eterno de tañidos singulares…
No hay mejor virtud que saber vivir el tiempo.
Un abrazo
Muy bonito Fernan.
ResponderEliminarLas pasiones desatadas entre el bronce y la lluvia. Abrazos.
ResponderEliminary llueve pero cuando salga el sol te deslumbrará
ResponderEliminarbesitos a puñaos
LLuvia y campanas.. un marco propicio para ese deseo desbordado.
ResponderEliminarBesos
TE LO HE COPIADO Y, SALVO QUE OPINES LO CONTRARIO, LO PUBLICARÉ EN MI BLOG EN UN FUTURO no muy lejano (olvidé quitar la tecla que deja fija las mayúsculas)
ResponderEliminarMás cariños. PAQUITA