martes, 26 de septiembre de 2017

Dulce quehacer el de las manos mías









Dulce quehacer el de las manos mías,
desde el frío al fuego
reconocen el color de la ausencia,
la labor de una caricia,
el despertar de un deseo…
y aunque ciegas,
caminan siempre tejiendo sendas
cuando la noche se hace de espigas y de barro.




f.





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