sábado, 11 de febrero de 2017

Y saber que al pensar en mis manos sientes mis dedos









Y saber que al pensar en mis manos sientes mis dedos,
y al pensar en mi boca te estremeces ante el calor de mi saliva
y el hacer de mi lengua al reconocer incesante tu geografía,
como un lobo que se hunde en tus guaridas,
lame tu hondura y busca saciarse de la humedad que te nace.




f.




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