domingo, 5 de febrero de 2017

No hay lunas que te nombren






No hay lunas que te nombren
aunque en la oscuridad nocturna
todos los nombres tengan vestigios de sombra.
Los bosques se arman de luces antiguas
y cantan mirlos que nunca se ven.
Amanecerás sin mí,
sin estar entre mis brazos,
y serás azul junto a otros cuerpos,
con tanta luz en tus ojos
como silencio en tus labios.
Amanecerá,
pero no sabré dónde dejaste la noche.



f.




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