viernes, 20 de enero de 2017

Poema XXXII





Ibones de Anayet



Tienen sus ojos el frío descenso de la nieve

y el agotador susurro de la lluvia.

La mirada de un solitario les conmueve

mientras juegan a ser el espejo azul de un sueño celeste.

Desnuda propiedad humana

donde lo material deja de tener sentido

y si existiera un dios

se bañaría a diario en su profunda soledad.



f.



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