martes, 6 de diciembre de 2016

Poema XXIII




La savia que une al hombre y a la selva

fluye detrás de cada mirada inquisitiva.

Y no sé como puede ser mi lúgubre amiga,

una negra pantera que se incendia

o el tigre solitario y asesino

que persigue hasta la muerte a todo lo que ama.

Me recorre la ausencia.

Mi instinto me acerca más a este depredador de Neruda

que al animal que respira enredado

en los libros de una enorme biblioteca.



f.








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