viernes, 21 de octubre de 2016

Poema X



No sé cuando me di cuenta que aquellas columnas 
habían resistido 2500 años al tiempo y a los hombres.


Me senté en su escalinata

y esperé a sentir la fina lluvia

que aquel día de verano traía en forma de borrasca.

Escuché cantar levemente a los pájaros,

en la explanada vacía solo quedaba un silencio armónico…

Un escalofrío como un roce en mi nuca

me hizo volverme a mirar dentro del templo,

majestuoso e impasible con su silueta de columnas dóricas

era traspasado por un viento susurrante

que levantaba un remolino de polvo…

Poseidón me pedía respeto en mitad de la soledad de Paestum.


f.


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