domingo, 4 de noviembre de 2012

Mejor así, gimiendo mi nombre





Mejor así, gimiendo mi nombre,

deshaciéndote lentamente

como si fueras azúcar

en mis labios.

Mi boca hambrienta,

mi lengua delatora…


así, ebrios del momento,

ciegos el uno por el otro,

cuando nuestros cuerpos

solo atienden a la llamada de la carne

y se hunden,

nos hundimos entre las sábanas

humedecidas por la lumbre,

y nos volvemos lluvia,

agua de tormenta,

incuestionable melodía

ante el fragor incansable de la noche.












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