domingo, 3 de junio de 2012

Venecia VIII





Los besos en Venecia tienen el valor del tiempo.
Son del fuego, de ese aceite que deja la pasión,
que enarbola un misterio de miradas
y palabras grabadas en la piel del amante.
Los besos en Venecia poseen labores de bálsamo,
vale recordarlos, asentarlos en la memoria,
y apresar entre los canales los labios del amado,
sustrayendo cada uno de esos instantes para enmarcar
un siempre tendremos algo por lo que no olvidarnos.








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