domingo, 14 de noviembre de 2010

Venecia XV






Y esa gota salada,
derramada en mi cuerpo
desde tus ojos,
no fue nada
más que una lágrima,
y sin embargo
tuvo tanto valor
como el incendio,
la llama que prendió el fuego.







5 comentarios:

  1. Lágrimas ardientes.
    Existen.
    Muchos lo sabemos ¿verdad?

    Un abrazo.

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  2. Qué fuerza y qué ternura, me encanta el poema.
    Un beso.

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  3. Esas lágrima derramadas, esa sensación de ahogo...me gustó.

    Besos

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  4. preciosa foto
    lágrimas pasionales
    fuegos emocionales
    buen sabor en los labios:)

    besos y buen domingo

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  5. Sin importar la consistencia.. lo que vale es la intencion!


    Saludos :)

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