
Entonces rehicimos las preguntas,
el juego de arquitectura donde batallábamos,
tus dedos precisos exigían rumbos nuevos,
mis labios buscaban recodos en tu cuerpo donde derrotarte.
En ese ir y venir, el forcejeo, se fue la tarde
y todas las sombras del ocaso acogieron nuestro deseo.
el juego de arquitectura donde batallábamos,
tus dedos precisos exigían rumbos nuevos,
mis labios buscaban recodos en tu cuerpo donde derrotarte.
En ese ir y venir, el forcejeo, se fue la tarde
y todas las sombras del ocaso acogieron nuestro deseo.
F
Adentrándose en los recovecos siempre nos envolverán las sombras.
ResponderEliminarUn beso, luchador.
Regresar para poder emprender camino.
ResponderEliminarPor probar que no quede.
Abrazos.
El fin siempre es un comienzo... y el comienzo puede variar de rumbos..... bonita estampa amigo.... un abrazo.
ResponderEliminarBonita manera de rehacer las preguntas a la sombra del ocaso.
ResponderEliminarUn beso grande.
Nos vemos poeta.
Siempre es bueno buscar otros caminos. Abrazos.
ResponderEliminarUna guerra de deseos y preguntas?, dónde hay que apuntarse?
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