
Duermo en la rendición como los viejos amantes.
La labor de tu boca ha hecho volar un ángel.
Hoy, el extremo de la noche tiene hilos de plata,
la luna ha desembalado viejas profecías
en su baño de noche junto al puente de las almas perdidas.
Deshaz con el viento de tus labios todas las alegorías,
un nido de pájaros todavía puede ser el hogar de un mirlo,
aunque el árbol centenario conserve el eco
y sueñe con su voz oscura y solitaria.
Sigue desnuda entre mis brazos,
tu lengua sabe despertarme al otro lado de los muelles,
mi cuerpo es la tierra fértil arada mil veces por tus dedos,
hay un recodo del después
donde habita un hombre silencioso,
un lugar con una alberca donde siempre nos ahogamos
y en el que de vez en cuando
amanece con tus manos todavía recogiendo mi vida.
para fin de semana!!
ResponderEliminarun romántico de esos con sustancia
me encantó
Felicitaciones Fernando
siempre un placer paladear tus versos
+
buen fin de semana
La luna siempre nos trae esos recuerdos, esos maravillosos recuerdos.
ResponderEliminarNo duermas, despierta!!!
Besos
He sentido las alas de la sensualidad ser abrazadas por la ternura del amor...
ResponderEliminarQue bello Fernando... bella la afortunada :)
Quizás no haya rendición más noble que la que entregamos al verdadero amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
El poder de un músculo tan pequeño per capaz de mover los muelles interiores que componen nuestro cuerpo: la lengua.
ResponderEliminarEs un poema muy sensual, capaz de despertar cualquier organismo aletargado, sobre todo por la mañana... je,je. Me gustó mucho.
saludos.
La rendición es inevitable cuando un amor despierta todos esos sentimientos, imposible plasmarlo en esta belleza de poema sin haberlo vivido, sentido, gozado..., e incluso sufrido.
ResponderEliminarUn beso, poeta afortunado.