
Yo, el Sena entre tus muslos…
Quebrada la noche,
su hora decisiva cae sobre mi espalda,
siento tus manos pequeñas recorriéndome,
tu boca sembrando amapolas con tus dientes,
tus labios pronunciando un idioma extranjero,
un jeroglífico que me estremece,
el sutil fuego deja en mi vello nombres impronunciables,
todas las fuentes manan ebrias las verdades
y tú, vencedora, reina de Samotracia,
me has embarcado a un Egeo imaginario
donde es azul tu lengua y blanco el preludio de la luna.
F
Tremendo Fernando, tremendo. Ya sabes que me encanta tu colección parisina.
ResponderEliminarArco iris esa evocación de sensaciones bañadas por el Sena.
ResponderEliminarUn abrazo.
bisou silencieux, f...
ResponderEliminarMarcos está va a ser la parte más cálida de Café de París...hay más
ResponderEliminargracias Ybris , siempre cercano.
Selma...también besos para ti.
Está claro, siempre nos quedará París.
ResponderEliminarUn abrazo.
(Coincidimos en la evocación de esa maravillosa ciudad en la entrada de ayer).
Tus cafés de Paris son estupendos, tu boca sembrando apamolas con tus dientes. Y luego para terminar de emocinarnos Brel, Non nous quittes pas Fernando. Mj.
ResponderEliminarQue torrente... buena sangre en esas venas.
ResponderEliminarUna delicia leerte. Besos : )
París, París..., qué belleza de foto, de ciudad y de poema..., y para remate, la canción, un disfrute para todos los sentidos, ganas me dan de quedarme aquí hasta el día 24, por lo menos.
ResponderEliminarUn beso, Fernando.