
Entro en el país que cobija nuestros secretos
y una luz oscura
desgarra el útero
de los días soñados.
Esta resaca dura ya mucho tiempo, me dices.
Sí, tal vez tengas razón.
Pero no soy yo quien le roba su canto a los delfines,
ni quien mancha la nieve con semen azul,
no soy yo quien lidera un ejército de larvas convulsas.
No, este plato lleno de cucharas y cadáveres
no es mío,
no me pertenece.
Entro en la palabra noche
y una luz oscura desgarra
el útero de las últimas estrellas.
Marta Navarro
Este poema es buenísimo, Marta. He sentido el desgarro en mis entrañas y hasta me ha parecido ver esa luz oscura de reojo, pero hace tiempo que no entro ni en ese país ni en la palabra noche, a veces es lo mejor de lo peor. Gran poema..., Marta...gran poema...
ResponderEliminarBesos
Coincido con doberka, es muy bueno y trasmites muy bien cada sentimiento...
ResponderEliminarbesitos
Este plato tampoco me pertenece, quisiera hacerlo a un lado pero no queda más remedio que hacerle frente. Ojalá quede alguna estrella. Estupendo poema como siempre.
ResponderEliminarBesos
Alba
Hola Fernando, después de una pequeña ausencia bloggera, veo que tu expo sigue en funcionamiento. Un hermoso poema que imprime un paisaje oscuro y desolado, con un final de los incontestables.
ResponderEliminarUn besico para ambos!!
Mil voces en una sola voz...
ResponderEliminarMe encanta siempre lo estricta que es Marta a la hora de sentir y de transmitir lo sentido. Es un suerte, en poesía la imprecisiones son siempre lamentables, sus lectores somos afortunados.
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso..
ResponderEliminarBesos enormes
Versos que estallan con mucho esplendor. Abrazos.
ResponderEliminarNo hay escapatoria: Marta nunca lo permite: poesía es poesía. Ella es delicada como una magnolía (y me matará por ésto) y dura como el frío que tanto le gusta.
ResponderEliminarEs un poema de imágenes magistrales: caen como brochazos y bofetadas, pero son tan hermosas, tan irresistibles.
Gracias a tod@s por vuestras palabras.
ResponderEliminarGracias, Fernando por subir el poema y elegir un iceberg. Con el calor que traigo es lo mejor me va.
Y Luisa, la magnolia del frío cuando te vea te dará un pisotón, eso sí, será con muuuucho cariño.
Besos,
M