Cuando la piel se sujeta al verbo,
odia el ritmo claudicado de las matemáticas.
Tampoco solemos resguardarnos del vaho de los vértigos
porque al cerrar los ojos nada es lo que es,
sólo un largo sueño de horizontes rojos.
Por eso, nos deshacemos en ríos de agua
y vertemos las emociones en círculos de silencio,
para que ninguno de los dos repare
en que tú y yo hemos terminado.
Poema con el aroma de los versos de Sonia.
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ResponderEliminarFernando que las palabras de un poeta, tierno y comestible, como lo eres tú para el lector, son un auténtico lujo para alejarme un poco de ese caos que me persigue y no me deja salir de la heterodoxia.
ResponderEliminarGracias por esto y por todo.
Un abrazo.
Sonia.
Hoy tu poema se me clava como una estaca, Fer, por el peso de los sueños truncos, por la esperanza magra.
ResponderEliminarUn abrazo
Sonia, sabes que aprecio tu trabajo y que a veces me emocino mucho con tus poemas...otros me hacen pensar...pero muy pocas veces me dejas indiferente..besos.
ResponderEliminarQuerida Uma, me alegro de que te guste el poema...me gustaría saber por qué han desaparecido tus post?...besos.
El inexplorado lenguaje de la piel...
ResponderEliminarIncreible,
ResponderEliminartan hermoso como triste.
Un placer conocerte,
aunque sea a altas horas,
por eso no quise molestar...
Visitame cuando te plazca.
Un abrazo.
¿Tú crees que el silencio nos hace no reparar en el hecho de haber terminado?
ResponderEliminar¡Ojalá!
Un abrazo.
Verteremos las emociones en círculos de silencio, pero ellas que no se somenten a disciplina alguna, acabarán hablando tarde o temprano.
ResponderEliminarEl aroma hizo que el poema fuera exquisito.
Abrazos.
M.M....seguimos con la piel y sus vocales...besos
ResponderEliminarGracias Jl...abrazos pasaré por tu blog.
Ybris..este silencio es posible..abrazos.
Besos Mamen y gracias..